Hace años, cuando el cine era en blanco y negro, que diría alguno, El parque de Etxebarría era una fábrica abandonada, del que solo se distinguía su imponente chimenea, a través de los altos muros que lo bordeaban.
Hasta que un día, decidieron recuperar todo aquel terreno como zona verde, dando así un respiro a los vecinos de la zona. Ofreciendo un aspecto totalmente diferente, con sus amplios paseos, sus zonas verdes, áreas de columpios, pistas de skating y haciendo más accesible el campo de fútbol de Mallona.
Pero ya no solo el espacio recuperado que es una alegría para la vista, la accesibilidad de esa zona con Bilbao se vio notablemente mejorada. Ya que en cinco minutos atravesando el parque, estamos en las Calzadas y de ahí al Casco Viejo es un paso. Lo mismo con la cuesta del gas que nos deja en el Ayuntamiento.
Con ello también tuvimos la ubicación de las barracas en
En verano se puede ver en sus amplias campas, mucha gente tomando el sol con la toalla y el bikini como si de la playa se tratara.
Pero nada mejor que dejarse perder en él y poder disfrutar de tener Bilbao a tus pies y Artxanda al alcance de la mano. Una sensación indescriptible.
1 comentario:
Jo, las ganas que tengo de ir a Bilbo para pasearme por sitios como este.
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